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Consecuencias de la violencia





La violencia doméstica y familiar tiene consecuencias para todos; la víctima, los testigos (a menudo niños) y el agresor. todas. Nuestra experiencia nos muestra que es a partir del momento en que el agresor toma conciencia y deja de negar las (a veces muy sutiles) consecuencias a partir de sus acciones desarrolla la motivación necesaria para actuar y cambiar de una vez por todas.

Posibles consecuencias para la víctima





  • La culpa. Al poder sentirse responsable de la violencia de su pareja, la víctima cree que adaptando el comportamiento del otro se calmará y la violencia cesará. Sin embargo, esta adaptación es en realidad sólo la adopción de actitudes de sumisión y miedo como: permanecer en silencio, ser amable, obedecer, evitar ciertos temas, dejar de ver a una determinada persona, procurar que los niños no molesten, etc.
  • Pérdida de dignidad
  • El miedo
  • Estrés, ansiedad
  • Olvidar su propia ira que reprime
  • Incapacidad para evaluar claramente la situación (alienación)
  • Inestabilidad psicológica y emocional.
  • Pérdida de autoestima
  • Tendencia a mentir a quienes te rodean para evitar revelar la violencia.
  • Aislamiento
  • Vergüenza
  • Somatización (problemas físicos causados ​​por el estrés y la ansiedad)
  • Insomnio
  • Depresión
  • Pensamientos suicidas
  • Muerte por homicidio y/o suicidio

Posibles consecuencias para los niños





Los niños que presencian violencia doméstica son aquellos que son sometidos a escenas de violencia doméstica y/o a los resultados de esta violencia, ya sea por :

  • Observaciones directas
  • Observaciones indirectas (escuchar palabras y comportamientos sin estar en la habitación)
  • Exposiciones a los resultados de la violencia:
    • Al constatar los malos tratos sufridos (contusiones, lesiones)
    • Notando los daños en la casa
    • Por la visita de la policía
    • Al observar el comportamiento de sus padres (llanto, desánimo, etc.)

Se ha demostrado que los niños expuestos a la violencia doméstica experimentan graves dificultades y que sus síntomas son comparables a los de las víctimas contra las que se dirige la violencia.

De hecho, muchos niños que presencian violencia muestran comportamientos como:

  • Ataques físicos o ataques indirectos a otros.
  • Trastornos emocionales
  • Échale la culpa a ellos, cúlpate a ellos mismos.
  • Hiperactividad, problemas de aprendizaje, dificultad para concentrarse en la escuela.
  • Cometer delitos contra la propiedad
  • Ser violento con los hermanos menores, las mascotas y posteriormente con los padres.
  • Problemas de inadaptación psicológica, social, cognitiva, física y conductual.
  • Menor nivel de habilidades sociales.
  • Mayor tasa de depresión, preocupación y frustración.
  • Sufrir problemas relacionados con el estrés.
  • Mostrar niveles más bajos de empatía
  • Perpetuar el ciclo de violencia en su futura relación.


Parece que los niños tienden más a exteriorizar sus reacciones:

  • Hostilidad
  • Agresiones

Mientras que las niñas tienden a internalizar sus reacciones:

  • Depresiones
  • Miedos
  • Síntomas somáticos

Posibles consecuencias para el atacante





Aunque la violencia puede dar lugar a una sensación de ventaja a corto plazo, como una sensación de poder y respeto, el hombre con comportamiento violento que analiza adecuadamente su situación llega a ver que su comportamiento reduce enormemente su calidad de vida.

CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMBRES EN RIESGO DE USAR CONDUCTAS VIOLENTAS

En Homme Alternative, consideramos que la situación de cada hombre que conocemos es completamente única. Por ello intentamos adaptar nuestras intervenciones para que satisfagan mejor las necesidades específicas de cada persona.
Sin embargo, las investigaciones y nuestra experiencia en el campo nos permiten establecer ciertas características susceptibles de conducir a la violencia en las relaciones de pareja y/o familiares. Obviamente, los hombres que conocemos no demuestran todas estas características. Sin embargo, cuanto más se acumulan, mayor es el riesgo de violencia.

  • Fue testigo o experimentó violencia cuando era joven.
  • Suele estar anclado en estereotipos sexuales (“los hombres no lloran”, “traen el dinero a casa”, “se ponen los pantalones”).
  • Tiende a responsabilizarse de su pasado (“Me maltrataron cuando era joven”, “Me criaron así”)
  • Se ha acostumbrado a defenderse y ser respetado mediante la violencia.
  • Olvidar su propia ira que reprime
  • Tiende a ver la expresión de emociones y problemas como un signo de debilidad.
  • Tiene dificultad para expresar clara y directamente sus necesidades a su pareja, lo que le lleva a sentirse incomprendido y faltado al respeto.
  • Tiende a reprimir las frustraciones para evitar conflictos y a expresarlas de forma agresiva cuando no puede más.
  • Tiene grandes dificultades para fijar sus límites y cuando los establece le cuesta que se respeten, de ahí la impresión de que están abusando de él.
  • Cuando está interesado en lo que motiva el comportamiento de los demás, suele ser conseguir que se comporten según su lógica.
  • Tiende a creer que su forma de ver las cosas es la única aceptable. Tiene ideas muy fuertes y rígidas sobre lo que es “normal” y lo que no lo es.
  • No sabe cómo reaccionar en situaciones estresantes para ganarse el respeto sin ser rechazado.
  • Es bastante orgulloso y a menudo demasiado avergonzado de sí mismo para admitir sus errores.
  • Tiene dificultades para tolerar el sufrimiento psicológico, intenta escapar de él, negarlo.
  • Experimenta mucha insatisfacción sexual, pero tiene grandes dificultades para hablar de ello claramente con su pareja íntima.
  • Suele culpar a su pareja o a sus hijos de su comportamiento violento (“me provocan, pero saben lo que soy”).
  • Tiende a hacer que los demás tengan peores intenciones de las que realmente tienen.
  • Tiene dificultad para aceptar críticas y reproches incluso cuando están justificados.
  • Tiende a tener expectativas poco realistas (conscientes o inconscientes) de sí mismo y de los demás.
  • Tiene dificultad para controlar su comportamiento cuando ha consumido alcohol o drogas.
  • Realmente no cree que su comportamiento violento pueda tener consecuencias negativas para sus seres queridos.
  • Cree que su comportamiento violento es más fuerte que él (“Estoy perdiendo el control”, “Ya no sé lo que hago”).
  • Suele hacer sufrir a sus allegados (su pareja y sus hijos) las frustraciones que experimenta fuera de casa y que no ha logrado expresar a su debido tiempo.
  • Cree que el mundo entero es violento, hostil y difícil para vivir y que la violencia es la única forma de sobrevivir.
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